Bienvenidos al blog de la Armadura de Rafiahel

La Armadura de Rafiahel cuenta la historía de Dorca van vissen, un estudiante de teología que busca entender cómo los mitos y leyendas ayudaron a moldear las creencias y ritos de las religiones modernas. Para ello tendrá que viajar a la ciudad santa de Jerusalem donde encontrará que no todos los mitos y leyendas son parte de la imaginacion popular, y en sus manos estará el encontrar el tesoro más valioso que podrá portar un ser humano, un hijo de adán, para defender a toda la raza humana.

TIERRA DE VAMPIROS es la historia del surgimiento de los reinos de Transvelvia, Mardavia y Licantropia. De como surgió la guerra milenaria entre los Vampers y los Licans. Es una entrega cada dos o tres días en formato corto y de una duración de tres temporadas. Disfrutala.

domingo, 23 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXVIII


Al captar la atención de su enemigo, Lican, despierta a su víctima de turno y obligándola a arrodillarse la toma por su larga cabellera azabache. Drak al ver a sus dos más amados seres sometidos a tan gran humillación, abre sus ojos sorprendido por la sevicia de su peludo rival. Lican do Moon alzó su mano libre hacia el cielo y afiló sus garras con el fin de degollar a Zhav. El corazón de la bella doncella embarazada comenzó a latir con angustia y terror presintiendo el horrible final de sus días y de la criatura que gestaba en su vientre.

El primogénito de Tehel siente el peligro en que se encuentra él y su madre, enviándole a su progenitor un grito desesperado de socorro. Esto es escuchado por el oído agudo del más poderoso de los Transvelvanos quien sin dudarlo intenta llegar a la presencia de Moon dando un salto majestuoso. Pero Lican al adivinar las intenciones del chupa sangre lo detiene con una amenazadora sentencia:

- No intentes moverte Drak o acabaré con la vida de tu amada reina y tu maldito engendro. Si intentas siquiera atacarme harás que termine con los días de tu hermosa reina.

- Eres un malnacido, no voy a perdonarte que hayas osado quitarme a mi reina. Si le haces algo ni el infierno te librará de mi furia, no habrá lugar en el universo donde te puedas esconder de mis manos. Suéltala y déjalos ir, esto es entre tú y yo.

- ¿Tan importante es para ti esta insignificante hembra? ¿A caso no puedes tener a cualquiera de tus hermosas Vampers? ¿No eres tú el que dice llamarse el terror de las doncellas humanas? Entonces dime, ¿por qué te interesa la vida de esta simple Vampers si solo es una más de tus criaturas?

- Es mi reina y me ha dado un descendiente que dominará la tierra entera. Entrégamela y tendré misericordia de tí y de tu pueblo al momento de esclavizarlos.

- ¿Crees que me entregaré así de facil? Me conoces muy bien y sabes que primero destruyo el mundo antes que rendirme ante tí y tus Vampers.

- Pues entonces no me queda más remedio que destruirte por completo y a toda Licantropía para que el inframundo sepa que hay otro dios al que deben temer más alla del dragón.

- Si te mueves la decapito -Le adviritió seguro de sus palabras Lican do Moon.

Un silencio abrumador llenó todo el ambiente, las fuerzas de los Vampers habían detenido su accionar al recibir la orden de su señor de detenerse. Lican le ordenó a Drak retroceder sus tropas y salir de la ciudad:

- Ordena a tus tropas salir de mi ciudad, diles que retrocedan o veran como decapito a su reina y vacio su vientre con mis garras. Hazloooooooooooooooooo.

Drak al ver la seriedad de las palabras de Lican do Moon le ordenó a Markhel, su fiel general, retroceder y salir de la ciudad. El más poderoso de los Transvelvanos después de Drak dirigió las tropas hacia detras de la linea de batalla. Todos los Vampers están a la expectativa, quieren saber el desenlace final de esta terrible contienda. Se sienten frustrados, puesto que, ya estaban a punto de dar el golpe final a los Licans, un objetivo que por cientos de lunas llenas estuvieron planeando y se encontraban cerca de lograrlo.

El grigori salvaje, como se le conocía a Lican do Moon, al ver el retroceso de los Vampers y que muchos de sus secuaces se habían refugiado y pretendían huir hacia el lugar donde se encontraban las hembras y sus cachorros pensó en asesinar a Zhav. Ya no le servía, no había aceptado ser su soberana y era la única forma de vengar la muerte de sus más leales jefes y la destrucción de su ciudad.

Alzando al cielo su mano y afilando la garra más fuerte apretó el cabello de Zhav, quien al sentir el maltrato de su verdugo gritó de intenso dolor, y Moon sonriendo pícaramente le dijo a Drak:

- Mira como me pagas la destrucción de mi ciudad. !Muere maldita chupa sangre, reina de los Vampers¡

Pero Drak al ver ya sus más grandes temores a punto de ser realidad, sintió un frio como nunca lo había sentido, un rayo electrizante recorrió todo su cuerpo y activó su alma. En un instante pensó que no podría ser feliz sin su hermosa Zhav y que no soportaría vivir sabiendo que su primogenito había sido vilmente destruido antes de nacer por las garras de su peor enemigo. No resistía la idea que fue él quien llevó a Transvelvia a su peor enemigo y facilitó que sus dos más importantes tesoros estuvieran a punto de desaparecer. Toda una eternidad pasó en un instante por su mente. Nada tendría sentido sin la dueña de su lecho, sin la reina de la lujuria. Ella le había dado a conocer no solo la pasión sino el amor, algo que había rechazado el día que decidió renunciar a su Dios, que es Dios.

Un rayo poderoso cayó de los cielos junto a Drak Tehel, el grigori chupa sangre, famoso por atacar aldeas y seducir doncellas para luego succionarles la sangre hasta la última de las gotas. Fundador de Transvelvia y creador de Los Vampers. Señor de la lujuria y dueño de un poderoso ejército de guerreros oscuros...Quien al final solo se reducía a un hombre totalmente enamorado y entregado a la necesidad de sus dos seres queridos. Drak solo le quedó expresar:

- ¡Summus sacrificii! -O sacrificio supremo.

La expresión máxima del amor, asociada solo a Dios creador. Entre el inmenso mar de seres celestiales se había corrido el rumor que Dios Padre amaba tanto a su creación que podría ser capaz de sacrificarse a sí mismo por la obra de sus manos. Nunca se entendió el significado real de tal afirmación y las huestes celestiales solo pensaban que era un mito, una exageración del carácter amoroso de Dios, del cual muchos dudaron y jamás creyeron.

Pero en virtud de esto, entre los ángeles se había generado un código poderoso de ética que ni aún los caídos podrían romper y era el Summus sacrificii, en donde juraban darse a sí mismos a cambio de la vida o libertad de otro ser y no se podía faltar a dicho pacto celestial. Porque el que osara desafiar el juramento sería por la eternidad un paria sin honor, sin gloria y sin poder entre todas las huestes celestes tanto en el cielo como en el inframundo.

Lican do Moon al escucharle decir el juramento celestial quedó sorprendido, puesto que nadie antes había usado tal medio, pero supo enseguida que era la oportunidad única de acabar con Tehel de una vez y le respondió:

- ¡Accipiam sacrificium! -Respuesta acertada a la solicitud del Summus sacrificii.

Hen C.D.

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