Bienvenidos al blog de la Armadura de Rafiahel

La Armadura de Rafiahel cuenta la historía de Dorca van vissen, un estudiante de teología que busca entender cómo los mitos y leyendas ayudaron a moldear las creencias y ritos de las religiones modernas. Para ello tendrá que viajar a la ciudad santa de Jerusalem donde encontrará que no todos los mitos y leyendas son parte de la imaginacion popular, y en sus manos estará el encontrar el tesoro más valioso que podrá portar un ser humano, un hijo de adán, para defender a toda la raza humana.

TIERRA DE VAMPIROS es la historia del surgimiento de los reinos de Transvelvia, Mardavia y Licantropia. De como surgió la guerra milenaria entre los Vampers y los Licans. Es una entrega cada dos o tres días en formato corto y de una duración de tres temporadas. Disfrutala.

viernes, 18 de noviembre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XL


La noche ya estaba cerca de acabar, todas las criaturas de la oscuridad debían apresurarse para no ser alcanzadas por los rayos poderosos del astro rey. Zhav mirando a los ojos de Drak fijamente le cuestionó las últimas palabras pronunciadas por su amado:

- ¿Qué es lo que me has dicho amado mío? ¿Porque has de dar la vida por nosotros? Solo vámonos de este lugar y no volvamos a ver el rostro de este siniestro y salvaje ser. Vámonos mi amor y sigamos construyendo nuestro reino, donde disfrutaremos de nuestro amor eterno.

- Eso no será posible Zhav. No puedo ir contigo y con los Vampers a Transvelvia.

- ¡No, calla¡ no sabes lo que dices, es solo cuestión de que mandes a tus soldados retroceder y volver a Transvelvia. – Le decía en medio de la confusión y la desesperación causada por la frialdad de la separación que Drak la estaba obligando a vivir de nuevo.

- No es tan fácil mi amor, cometí la estupidez más grande por mi ambición y sed de poder, sin darme cuenta que perdía lo único valioso que había conseguido en mi eterna vida.

Drak dándole un beso con todas las fuerzas de su ser, la acercó a su pecho y le transmitió todo el amor que un ser como él podía sentir y sufrir. Y tomándola del brazo la entregó a su fiel general Markhel, quien con los ojos llorosos la recibió y la forzó a avanzar hacia el lugar en que el ejército Vamper había retrocedido para volver a Transvelvia.

Ella lloraba desesperada oponiendo resistencia a Markhel, pero esté la llevaba con el dolor de su ser separándola para siempre de su primer y más grande amor, Drak Tehel. Gritaba de desesperación y dolor, su corazón se partía en mil pedazos mientras lloraba desconsolada por la suerte del progenitor de su vástago.

- Ven con nosotros, te necesitamos. No nos dejes ir sin tiiiiiiiiiiiiii. –Gritaba desesperada ante la mirada atónita de cada Vamper, que por primera vez sentían un dolor y una tristeza sin igual.

-Ve amor, esto lo hago por ti y nuestro hijo, nunca olvides que fuiste lo único que amé y por ti conocí el amor. –Con lágrimas en sus ojos y empuñando sus manos, Drak se despedía de sus seres queridos.

Markhel al llegar al lugar donde se encontraban sus comandantes y con estos todo el ejército, dio la orden de partir sin mirar atrás. Y así lo hicieron. Montaron a su reina en un corcel, en Sangre, el caballo de Drak y sin decir palabra alguna empezaron a avanzar con el corazón y el orgullo transvelvano destruido.

Lican do Moon al ver a Tehel solo, lo tomó por el brazo y se lo fue llevando hacia la cúspide de su castillo, donde tenía planeado decapitar a su más férreo adversario celestial. Drak parecía absorbido, perdido en su mirada hacia el firmamento, buscando la luz de su única compañera, la luna.

- Qué extraña es la vida, renunciamos al amor por ambición y sed de poder ilimitado y tú ahora renuncias a tu existencia por amor.

- No necesito que te pongas filosófico Moon, termina de una vez con esto y cumple tu palabra.

- Eso haré cuando llegue el delicioso momento. Probarás el poder de mi espada, guardada para aniquilarte.

Al llegar a la cúspide del castillo de Licantropía, Drak fue obligado a arrodillarse y mirar hacia Vampiar, su tierra. Con las manos detrás de él y dirigiendo su lúgubre rostro hacia el cielo expresó lo que serían sus últimas palabras:

- Qué sabio eres Señor, Dios del Universo. ¡Cómo me sometiste a tus designios¡ renuncié a tu amor cuando estaba en tu presencia y jamás comprendí tus sabias palabras. Hoy me has mostrado tu espíritu y me has hecho caer en el más hermoso y sublime de los actos, el sacrificio por los seres amados.

Lican do Moon al escuchar la oración de Tehel soltó la carcajada, pues pensaba que ya estaba desvariando producto del temor y la angustia de verse acabado.

- Maldito chupa sangre, que patético eres, humillado y acabado por tu más poderoso adversario… muere sin honor señor de los Vampers…

Y alzando con toda su fuerza la espada de fría plata el salvaje procedió a desprender el órgano céfalo del cuerpo del fundador de Transvelvia. Pero un frío y poderoso viento hizo detener el tiempo mientras que una luz brillante que procedía de la bóveda celeste tocó el rostro de Drak y le robó una sonrisa. Por un instante el tiempo se detuvo y Drak pudo sentir por unos instantes que tenía un alma de verdad.

Luego el trayecto de la certera espada cercenó la cabeza de la criatura gótica y acabó para siempre con la existencia del legendario Drak Tehel, el fundador de los Vampers. Un fuerte viento sopló desde Vampiar, como resistiendo la victoria de Lican do Moon. Un grito desesperado hizo desmayar a la reina Zhav. Markhel supo que su señor había dejado de existir.

La fuerte brisa obligó a Lican y a todos sus comandantes a refugiarse en las madrigueras donde habían ocultado a sus hembras y cachorros. Moon tomo la cabeza y el cuerpo de Tehel y lo enterró una vez terminó el vendaval. Los Vampers se ocultaron cuando el alba empezó a hacer presencia y esperaron callados y triste a que transcurriera el día para continuar su trayecto a casa.

Al atardecer, reanudaron su regreso con el espíritu abatido, con el orgullo destrozado. Sin decir palabra entraron en la ciudad donde todos los que los esperaban se enteraron de la noticia. Una tristeza llenó a todo el pueblo y la reina al no resistir más dolor dio a luz a Drakulah.

De esta manera acababa una leyenda, la leyenda del primer Vamper. El mito del ángel caído que se conviritió en el terror de los hombres y sus aldeas. Mas sin embargo, se abriría paso una nueva, más fuerte y mucho más legendaria, que marcaría la historia de los Vampers y con ellos la de la nueva guerra del inframundo. Drákulah sería preparado y entrenado por su madre y su maestro, Markhel, para acabar con los Licans y dominar el inframundo, Pero esa es otra historia...




FIN DE LA SEGUNDA TEMPORADA


Creado por: Hen C.D.
Para: Todos los amantes de la buena lectura.
Tierra de vampiros es una Producción gótica
Precuela de:La Armadura de Rafiahel.

martes, 1 de noviembre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXIX


Una brisa fría, que marcaba la cúspide de la noche, tocó el peludo cuerpo de Lican do Moon. Su más grande fantasía estaba a punto de ser realidad. Desde que su enemistad y rivalidad con Drak Tehel se forjó y se desarrolló en el cielo, no había una sola noche en que no pensara en acabar con el fundador de los Vampers. Y de la manera más inesperada, sin siquiera planearlo, Drak le entregaba su propia vida para salvar la de su amada reina Zhav y la de su primogénito Drakhulá.

Lican sorprendido aún le cuestionó la solicitud a Tehel y le aclaró las implicaciones de su petición:

- Drak Tehel, rey de Transvelvia, señor de Vampiar. Sabes muy bien lo qué significa tu petición. Tu vida por la de tu reina. ¿Estas completamente de acuerdo con esto?

- Lican, se lo que implica mi solicitud, no tienes que decirmelo. Ambos somos ángeles del cielo y sabemos muy bien las reglas del reino de los espíritus. Terminemos esto de una vez. Déjala ir y seré tu víctima como siempre has querido, sin oponerme, sin batallar. Hoy has ganado y yo he perdido mi alma entera.

La sorpresa y el desconcierto llenó los sentidos de los Vampers, sobre todo de Markhel que no sabía si lo que había escuchado era real. Drak mirando los ojos de Lican do Moon le hace otra exigencia a cambio de su vida:

- Júrame que no atacarás Transvelvia en ciento sesenta lunas llenas contando la próxima, y que ni tú ni ninguno de los tuyos atacará a los míos en ese lapso de tiempo.

- Jajajaja ¿Y porqué debería de hacerlo? -Le respondió sorprendido Moon.

- Esto hace parte de nuestro trato, solo te pido eso y hagamos el trato ya.

- Como quieras, al fin y al cabo ya estarás muerto cuando terminen las ciento sesenta lunas llenas.

Y llamando a su más fiel y amado servidor, Markhel, Drak Tehel preparó su partida del mundo material. Markhel asustado y sorprendido caminó anonadado hacia su señor, tal cual hoja caída que se mueve al compás del viento, se acercó a su señor y le dijo:

- Mi señor, ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Y qué significa todo esto que estas discutiendo con el salvaje?

- Mi gran amigo y general, Markhel. Tú tomarás las riendas de Transvelvia, protegerás a mi reina y a mi vástago. Cuidalos y a Drakhulá, cuando haya colocado su presencia entre ustedes, no dejes de hablarle de su padre que tanto lo amó y renunció al inframundo por él.

- No mi señor, nooooooo -Susurró con lágrimas en los ojos el mortífero general Vamper.

- Calla mi gran amigo, ahora recibirás a mi reina y te la llevarás sin mediar palabra alguna. Dirigirás a nuestro poderoso ejército de Vampers a nuestra amada Vampiar y allí formarás a mi hijo, para que él venge mi muerte y lo acontecido este día.

- Pero mi señor, los teníamos ya a punto de liquidar. ¿Porqué tomas esta decisión tan radical? -Le siguió recriminando el desconsolado Vamper entre rábia y desesperación ante lo inesperado de la misión encomendada.

- Porque perdí lo más valioso que he tenido en toda mi eterna y vil vida Markhel. Mi ambición me llevó a la locura y la estupidez. !Vamos has lo que te digo y no insistas más porque ya lo hecho hecho queda¡.

- Como ordenes mi eterno señor. Haré todo lo que me has encomendado y haré que todas las generaciones de Vampers recuerden su origen.

Y secándose las lágrimas de su rostro, Markhel se ubicó justo detrás de su lord para recibir a su reina Zhav de las propias manos de Tehel. Lican do Moon ordenó con señas a sus últimos generales que lo custodiaran hasta llegar a la presencia de Drak. Una vez bajó de lo más alto del castillo de Licantropía, con Zhav tomada por el brazo, se colocó frente a su más poderoso enemigo, Drak. Y soltando a Zhav se la entregó al Transvelvano.

Ella corrió despavorida hacia los brazos de su amado, como alma perdida en el desierto sedienta de agua fresca frente a su oasis, se protegió en el pecho de su señor y buscó el calor de su amante. Y mirando a los ojos de aquella tenebrosa criatura oscura quiso encontrar el amor y la ternura que siempre le dió en sus noches de lujuria.

- Por fin estoy otra vez entre tus brazos, pensé que jamás volvería a sentir tu ser. Amor mío no sabes cuanto me has hecho falta y la gran necesidad que tenía de estar en tu regazo.

- Mi amada Zhav, por tí daría hasta la vida misma y es ella la que entrego hoy por tí y nuestro deseado hijo.

Los sonidos de las palabras de Drak no quisieron tener sentido en la mente de la reina de Transvelvia y separandose unos centimetros de él lo quiso cuestionar sobre lo que acababa de oír.

Hen C.D.

domingo, 23 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXVIII


Al captar la atención de su enemigo, Lican, despierta a su víctima de turno y obligándola a arrodillarse la toma por su larga cabellera azabache. Drak al ver a sus dos más amados seres sometidos a tan gran humillación, abre sus ojos sorprendido por la sevicia de su peludo rival. Lican do Moon alzó su mano libre hacia el cielo y afiló sus garras con el fin de degollar a Zhav. El corazón de la bella doncella embarazada comenzó a latir con angustia y terror presintiendo el horrible final de sus días y de la criatura que gestaba en su vientre.

El primogénito de Tehel siente el peligro en que se encuentra él y su madre, enviándole a su progenitor un grito desesperado de socorro. Esto es escuchado por el oído agudo del más poderoso de los Transvelvanos quien sin dudarlo intenta llegar a la presencia de Moon dando un salto majestuoso. Pero Lican al adivinar las intenciones del chupa sangre lo detiene con una amenazadora sentencia:

- No intentes moverte Drak o acabaré con la vida de tu amada reina y tu maldito engendro. Si intentas siquiera atacarme harás que termine con los días de tu hermosa reina.

- Eres un malnacido, no voy a perdonarte que hayas osado quitarme a mi reina. Si le haces algo ni el infierno te librará de mi furia, no habrá lugar en el universo donde te puedas esconder de mis manos. Suéltala y déjalos ir, esto es entre tú y yo.

- ¿Tan importante es para ti esta insignificante hembra? ¿A caso no puedes tener a cualquiera de tus hermosas Vampers? ¿No eres tú el que dice llamarse el terror de las doncellas humanas? Entonces dime, ¿por qué te interesa la vida de esta simple Vampers si solo es una más de tus criaturas?

- Es mi reina y me ha dado un descendiente que dominará la tierra entera. Entrégamela y tendré misericordia de tí y de tu pueblo al momento de esclavizarlos.

- ¿Crees que me entregaré así de facil? Me conoces muy bien y sabes que primero destruyo el mundo antes que rendirme ante tí y tus Vampers.

- Pues entonces no me queda más remedio que destruirte por completo y a toda Licantropía para que el inframundo sepa que hay otro dios al que deben temer más alla del dragón.

- Si te mueves la decapito -Le adviritió seguro de sus palabras Lican do Moon.

Un silencio abrumador llenó todo el ambiente, las fuerzas de los Vampers habían detenido su accionar al recibir la orden de su señor de detenerse. Lican le ordenó a Drak retroceder sus tropas y salir de la ciudad:

- Ordena a tus tropas salir de mi ciudad, diles que retrocedan o veran como decapito a su reina y vacio su vientre con mis garras. Hazloooooooooooooooooo.

Drak al ver la seriedad de las palabras de Lican do Moon le ordenó a Markhel, su fiel general, retroceder y salir de la ciudad. El más poderoso de los Transvelvanos después de Drak dirigió las tropas hacia detras de la linea de batalla. Todos los Vampers están a la expectativa, quieren saber el desenlace final de esta terrible contienda. Se sienten frustrados, puesto que, ya estaban a punto de dar el golpe final a los Licans, un objetivo que por cientos de lunas llenas estuvieron planeando y se encontraban cerca de lograrlo.

El grigori salvaje, como se le conocía a Lican do Moon, al ver el retroceso de los Vampers y que muchos de sus secuaces se habían refugiado y pretendían huir hacia el lugar donde se encontraban las hembras y sus cachorros pensó en asesinar a Zhav. Ya no le servía, no había aceptado ser su soberana y era la única forma de vengar la muerte de sus más leales jefes y la destrucción de su ciudad.

Alzando al cielo su mano y afilando la garra más fuerte apretó el cabello de Zhav, quien al sentir el maltrato de su verdugo gritó de intenso dolor, y Moon sonriendo pícaramente le dijo a Drak:

- Mira como me pagas la destrucción de mi ciudad. !Muere maldita chupa sangre, reina de los Vampers¡

Pero Drak al ver ya sus más grandes temores a punto de ser realidad, sintió un frio como nunca lo había sentido, un rayo electrizante recorrió todo su cuerpo y activó su alma. En un instante pensó que no podría ser feliz sin su hermosa Zhav y que no soportaría vivir sabiendo que su primogenito había sido vilmente destruido antes de nacer por las garras de su peor enemigo. No resistía la idea que fue él quien llevó a Transvelvia a su peor enemigo y facilitó que sus dos más importantes tesoros estuvieran a punto de desaparecer. Toda una eternidad pasó en un instante por su mente. Nada tendría sentido sin la dueña de su lecho, sin la reina de la lujuria. Ella le había dado a conocer no solo la pasión sino el amor, algo que había rechazado el día que decidió renunciar a su Dios, que es Dios.

Un rayo poderoso cayó de los cielos junto a Drak Tehel, el grigori chupa sangre, famoso por atacar aldeas y seducir doncellas para luego succionarles la sangre hasta la última de las gotas. Fundador de Transvelvia y creador de Los Vampers. Señor de la lujuria y dueño de un poderoso ejército de guerreros oscuros...Quien al final solo se reducía a un hombre totalmente enamorado y entregado a la necesidad de sus dos seres queridos. Drak solo le quedó expresar:

- ¡Summus sacrificii! -O sacrificio supremo.

La expresión máxima del amor, asociada solo a Dios creador. Entre el inmenso mar de seres celestiales se había corrido el rumor que Dios Padre amaba tanto a su creación que podría ser capaz de sacrificarse a sí mismo por la obra de sus manos. Nunca se entendió el significado real de tal afirmación y las huestes celestiales solo pensaban que era un mito, una exageración del carácter amoroso de Dios, del cual muchos dudaron y jamás creyeron.

Pero en virtud de esto, entre los ángeles se había generado un código poderoso de ética que ni aún los caídos podrían romper y era el Summus sacrificii, en donde juraban darse a sí mismos a cambio de la vida o libertad de otro ser y no se podía faltar a dicho pacto celestial. Porque el que osara desafiar el juramento sería por la eternidad un paria sin honor, sin gloria y sin poder entre todas las huestes celestes tanto en el cielo como en el inframundo.

Lican do Moon al escucharle decir el juramento celestial quedó sorprendido, puesto que nadie antes había usado tal medio, pero supo enseguida que era la oportunidad única de acabar con Tehel de una vez y le respondió:

- ¡Accipiam sacrificium! -Respuesta acertada a la solicitud del Summus sacrificii.

Hen C.D.

jueves, 20 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXVII


Milchaka viendo destruidos a los Lhins, al tener las cabezas de las abominaciones tan cerca de sus pies, no resistió más y empuñando sus garras, sacó sus dientes y erizando todo su pelaje comenzó su embestida, tal cual toro enfurecido, hacia Drak Tehel. Quien lo esperaba mirándolo a los ojos de una manera desafiante. Mientras que esto sucedía los guardias del castillo de Lican do Moon soportaban con ferocidad el ataque violento de los Vampers, quienes ya habían entrado a la ciudad y estaban acabando con todo a su paso.

Uno de los generales que aun quedaban en pie, fue a avisarle al propio Moon sobre la situación y consultar la estrategia de defensa que el señor de los salvajes podría tener en mente. Moon se encontraba disfrutando de los placeres de sus concubinas, pues había dejado la batalla en manos de su ejército y esperaba la noticia de la caída de su peor enemigo; y al verlo entrar con tan gran desesperación le reclamó por su interrupción:

- ¿Por qué osas entrar a mi aposento de esa manera? ¿Quién te has creído?

- Mi señor estamos siendo arrasados por los Vampers, ya no nos quedan fuerzas para defender la ciudad, ¿Qué vamos a hacer?

- ¿Qué está ocurriendo? ¿A caso hemos sido derrotados por los chupa sangre? ¿Y los Lhins, que ha pasado con ellos?

- Han sido derrotados en una batalla cruel por el oscuro, se ha convertido en un poderoso y horrible monstruo que le ha cortado la cabeza a nuestros infernales asesinos.

- No puede ser, ellos eran nuestra arma secreta, creí que ellos podían acabar con Drak Tehel. Por eso los diseñé y entrené durante muchos años para que lo destruyeran.

- Mi señor, estamos en una situación desesperada, ya no nos quedan suficientes guerreros para defendernos y los que quedamos no aguantaremos la próxima noche.

Mientras esto ocurría Drak y Milchaka se enfrascaban en una violenta y dura lucha de seres oscuros. Toda la furia y sed de venganza motivaban al lobo salvaje a atacar de la manera más brutal al Transvelvano. Drak Tehel se defendía del ataque del Lican de manera fácil, la bestia peluda no significaba ningún digno rival para el grigori. Mas sin embargo, Milchaka no cesaba de atacar y tratar de herir mortalmente a Drak, tanta era su desesperación que cometió el error de descuidar su defensa; lo que aprovechó Tehel para lanzar su mortífero ataque.

Con una velocidad impresionante Drak lanzó un golpe con su brazo derecho e incrustó toda su mano en el pecho de Milchaka, arrancándole el corazón y lanzándolo lejos. Milchaka, sorprendido al ver su propio corazón ser lanzado por los aires solo alcanzó a expresar con lo último de su aliento agonizante:

- Maldito chupa sangre, nos has acabado a todos y no logramos hacerte ningún daño. Maldito seas por toda la eternidad.

- Ni tú, ni ningún Licans son rivales para los Vampers y todos los oscuros conocerán nuestro poder y yo seré un dios para todos los habitantes de este mundo y del inframundo.

Y lanzando otro fuerte golpe le arrancó la cabeza a Milchaka y la arrojó hacia el castillo donde Drak había sentido la presencia de Lican do Moon. El miembro desmembrado voló directo hacia la existencia de Moon y le cayó justo al lado de los pies. Lican do Moon y su general, quienes en ese momento hablaban sobre la situación sin control, quedaron impactados por la imagen del poderoso hombre lobo completamente derrotado. Y mirando desde el castillo, Lican do Moon, siente el desafío de su peor enemigo… Drak Tehel. Un aire electrizante saturó el ambiente, los engendros caídos mostraron su verdadero rostro espiritual y recordaron sus batallas celestiales.

Al ver a su leal sirviente y poderoso amigo decapitado, una furia irracional empezó a dominar a Lican y sin mediar palabras se dirigió hacia el calabozo donde se encontraba recluida la reina Zhav. La ira no lo dejó pensar sino en acabar con la existencia de la soberana de Transvelvia y de vengar la muerte de todos su secuaces. Nada había salido como lo había planeado y la desesperación había empezado a nublarle el pensamiento. Lican do Moon tenía a Zhav como prenda de garantía y era el momento justo para saberla utilizar.

Al llegar al calabozo abrió con violencia la puerta y tomó del brazo a la frágil soberana. Al mirarla a los ojos y viendo el terror en sus pupilas le dijo lo que iba a hacer con ella.

- Maldita chupa sangre, vas a pagar tú y tu engendro la destrucción de Licantropía y la muerte de mis guerreros. Le daré en el corazón a Drak Tehel donde más le duele y me recordará por el resto de su existencia. Voy a acabar contigo de la manera más cruel y salvaje como me ha gustado siempre acabar a mis victimas.

- Aunque nos mates probaras la fría plata de mi señor y serás desollado vivo con su mortal espada para que todo el inframundo sepa que no hay rival que ose ganarle a Tehel.

- ¡Cállate¡ -Le gritó Moon a Zhav dándole una fuerte bofetada que la hizo perder el sentido.

Y tomándola completamente inconsciente la cargó en sus brazos para dirigirse hacia la parte más alta del castillo de Licantropía, donde pensaba ejecutar, a la vista de todos, su venganza. Muchos Licans huían y salían del castillo, mientras que Lican do Moon se dirigía a la azotea con Zhav en sus brazos y su ceño completamente fruncido.

Drak Tehel sentía el corazón agitado de su primogénito y empezó a caminar hacia la torre más alta del castillo, al mismo tiempo que todo su ejército se dirigía a tomar por completo la ciudad y tomaban como rehenes a muchos Licans.

Su corazón empezó a latir fuertemente al presentir el peligro que corría su amada esposa. Al llegar a la azotea Lican do Moon alzó hacia el cielo el cuerpo flácido de la reina de los Vampers y llamó la atención de Tehel:

- Draaaaaaaaaaaaakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk.

Hen C.D.

sábado, 15 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXVI


Por fin los Licans se colocan en posición de ataque y dan la orden de abrir las puertas de la ciudad, que en ese momento están siendo forzadas a abrir por los Vampers. En una desbandada todas las criaturas peludas salen corriendo en busca de la batalla y la confrontación. Al medio abrirse las puertas que dan acceso a la ciudad todo el ejército Licans se estrella de frente con el mar inmenso de no vivos, como el rio bravío se encuentra con el mar en el delta, así la masa salvaje de seres oscuros convergen en un solo punto.

Cada ser siniestro tomaba como objetivo a un ser del otro bando. Las fuerzas se equilibraban con la batalla cuerpo a cuerpo, pero los Vampers tomaban ventaja por su estrategia y las diversas fuerzas especializadas que poseían. Los Transvelvanos lanzaban sus flechas de plata y atravesaban a los Licans que trataban de tumbarlos de sus corceles de guerra.

Drak Tehel aniquilaba con suma facilidad cada hombre lobo que osaba desafiarlo, moviéndose a velocidades altas, propias de un ser celestial. Atravesaba con facilidad los cuerpos musculosos y peludos, arrancaba cabezas y desmembraba extremidades sin control. Milchaka al ver la situación tomó la decisión de soltar a los Lhins.

- Salgan mis chacales diabólicos, hagan su trabajo. Despedacen al rey de los Vampers.

Y señalándoles a Drak, Milchaka les da la orden para que destruyan todo a su paso. Los Lhins sin raciocinio, solo instintivos, van despedazando todo a su paso. Licans, Vampers y todo lo que en su camino se les oponía. Con su desmesurada fuerza lanzaron su ataque contra Drak, quien los esperó para defenderse. Uno de ellos logró morderlo en el brazo derecho mientras que el otro intentaba atacarlo en el cuello. Al sentir el dolor intenso por los colmillos incrustados en su extremidad superior Drak solo pudo expresar:

- ¡Que dolorrrrrr¡ ¿que son estas cosas que han logrado herirme y me han generado este dolor tan intenso? Debo librarme de ellas ahora.

Las bestias trataban de destruir a Drak Tehel, quien no soportaba el dolor causado por los colmillos del poderoso Lhin. Con un grito de dolor, el señor de la lujuria logra convertirse en un horripilante monstruo. Su cuerpo empezó a crecer sin control, de su lomo surgieron alas de murciélago y su rostro se desfiguró tanto, que aun los seres infernales al contemplarlo tuvieron que retroceder. Sus extremidades, como patas de lagarto, y una enorme cola de serpiente lo hacían el ser más temible de la contienda.

Por fin se revelaba el verdadero rostro de Drak Tehel, un ser infernal, un ángel caído expulsado de la gloria de Dios, de la belleza y la gracia del cielo. La confrontación es épica, tres mortales chacales hambrientos y sedientos de muerte enfrentados contra una criatura magistralmente horrible y poderosa. Los ataques venían de tres lados diferentes, Drak con su enorme cola trataba de mantener a uno de los Lhins lo más lejos posible mientras que con sus enormes garras lanzó a una gran distancia al Lhin que lo había mordido en el brazo.

Todos por un instante, extasiados por la imagen nunca antes vista, quedaron congelados mirando atentamente el desenlace de la batalla. Drak enfrentando a la bestia que lo embestía lo toma por el cuelo y de un solo mordisco le arrancó la cabeza. Y mirando fijamente a los ojos de Milchaka le lanzó a los pies la cabeza de uno de los Lhins.

Milchaka, empuñando sus manos empezó a sentir como la ira y la sed de venganza empezaba a correr por su musculoso cuerpo lleno de pelo. Drak siguió enfrentando a sus adversarios que lo fueron hiriendo en varias de sus extremidades, causándole dolor. Más sin embargo, la fuerza de Tehel era muy superior a estas bestias y una por una fueron destrozadas por las garras y los filosos dientes del fundador de Transvelvia.

Las cabezas de los tres Lhins yacían a los pies de Milchaka, quien miraba con odio y rabia extrema a Drak Tehel. El Vamper mayor dando un giro sobre si mismo volvió a su estado natural y gritó fuertemente a su ejército:

- ¿Qué hacen mirándome así? ¿Acaso así parados vamos a conquistar esta ciudad y recuperar a mi amada Zhav? Muevan su asqueroso trasero y acaben con estas bestias estúpidas.

Al oír a su señor los Vampers volvieron a la contienda y fueron acabando poco a poco a los Licans que se encontraban defendiendo el fortín. Los Transvelvanos entrando en la ciudad, con poca resistencia, comenzaron a destruir y destrozar todo a su paso…

Hen C.D.

martes, 11 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXV


Un proyectil de plateado color va rompiendo el equilibrio natural del aire, con su fuerza va retando la resistencia del viento y logra llegar a su destino. La herida dejada por el artefacto volador es mortal para la creatura que la recibe, dejando sin aliento y sin fuerzas a quien toca. Solo un centinela Licans ha podido evitar los ataques mortíferos de los arqueros Vampers, el cual, al percatarse de la invasión logra tocar la trompeta que daba aviso a la llegada de los Transvelvanos a la ciudad de Licantropía.

Todos los soldados salvajes se mueven agitadamente, las hembras y los cachorros son escondidos en cavernas subterráneas especialmente diseñadas para este momento. Los jefes de manada son reunidos en el aposento principal del castillo del gran Lican do Moon, mientras que los cientos de guerreros salvajes se alistan para la gran confrontación.

Todos alistan sus garras, agudizan sus hocicos y preparan sus poderosas patas peludas para correr hacia el enemigo. Ansiosos están los ojos de los lobos, sus pupilas se dilatan con la sola idea de desgarrar y destrozar Vampers.

En el castillo y delante del más poderoso de los Licans sus generales no dejan de hablar entre ellos sin orden y sin control. Es cuando saliendo de su habitación el gran Do Moon apacigua las aguas turbias de su mortífera armada:

- ¡Ya cállense¡ ¿Porqué tanto alboroto? ¿A caso no esperábamos este momento? ¿O es que ahora temen por sus vidas? Ya sabíamos lo que debíamos esperar si osábamos raptar a esta hembra Vampers, la reina de los Transvelvanos. Ahora no se alteren y salgan a defender la ciudad y tráiganme la cabeza de Drak Tehel en una bandeja. Yaaaaaaaaaaaaaaaaa.

- Mi lord, con todo el respeto, pero Drak Tehel ha traído a todo el ejército Transvelvano tras de sí. Alcanzo a creer que no son solo cientos, son miles y no contamos con las fuerzas suficientes para defender Licantropía. –Le contesta temeroso Milchaka.

- ¡Estúpidos son todos¡ acaso se olvidan de los Lhins, sáquenlos a todos y ellos harán el trabajo por ustedes, cobardes.

- Mi señor, ¿usted ha medido el alcance que puede significar esta decisión? Los Lhins ni siquiera nosotros podemos controlarlos, hemos tenido que crear celdas fortificadas para lograr contener su poder de destrucción. –Le responde Milchaka sorprendido por la orden recibida de su amo. Aun este monstruo infernal le temía al poder destructivo de los misteriosos Lhins.

- No me importa lo que suceda, solo quiero que me traigan la cabeza del chupa sangre y destruyan al ejército Vampers, para luego invadir a Transvelvia y someter a todos los no vivos; ninguno de ellos osará desobedecer mis órdenes. Por último, su soberana tendrá que aceptarme como su señor y empezaremos nuestra era, la era del Licans.

- Como ordenes mi gran lobo salvaje, se harán tus mandatos. ¡Vámonos a la batalla y traigamos la cabeza de Tehel a nuestro señor¡. –Termina de decir Milchaka a sus comandantes y jefes de manada.

Todos salen rápidamente de la presencia de Lican do Moon y se dirigen hacia sus respectivas manadas de guerreros hambrientos y ansiosos por luchar. Mientras que el poderoso Milchaka con varios miembros de la guardia de Do Moon se dirigen a liberar a los Lhins.

Estos seres son extremadamente poderosos, como chacales infernales son una mezcla diabólica entre chacales y algunos grigori zoofilicos que gustaban de unirse con animales de toda clase. El señor de la violencia los había engendrado para ser su arma de sometimiento, y cuando deseaba desaparecer alguna aldea, dejaba suelta a una de estas horrendas criaturas, quienes en un día acababan sin piedad con todos los habitantes de un poblado. Pero Milchaka no estaba convencido de su tarea y optó por esperar el desenlace retrasando la apertura de las puertas que daban la anhelada libertad a los destroza humanos, los Lhins.

Drak Tehel, ansioso por rescatar a su amada reina y salvar a su primogénito, dio la orden de entrar a la ciudad como fuera posible y con poderosos guerreros intentaba tumbar la entrada principal. Otros Vampers empezaron a lanzar artefactos puntiagudos y lanzas elaboradas por ellos mismos hiriendo a muchos Licans, los cuales se defendían lanzando piedras filosas al aire con la fuerza de sus poderosos brazos.

Hen C.D.

viernes, 7 de octubre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capitulo XXXIV


Y fue pasando el día, el sol como soberano de los cielos fue transitando a su paso por la orbita terrestre. Con cada hora las fuerzas de Drak iban retomando energía y se alistaban para la guerra. Al atardecer, el ejército de Vampers se preparaba para continuar su camino; Drak sintiendo la presencia de su caballería retrasada dio la orden de esperar por un par de horas. Al pasar el tiempo esperado divisaron a lo lejos la tropa, que con mucha ansiedad cabalgaba, con las armas anheladas.
Drak Tehel como el gran mariscal de guerra que era, saludó a su ejército que por fin se encontraba completo:

- Grandes guerreros de Transvelvia, es el momento que hemos esperado por muchas lunas llenas. Hoy es el día, o mejor sea dicho, la noche en que los Licans, nuestros más peligrosos enemigos, deberán sufrir la devastación de su reino y la inmisericorde soberanía de Vampiar sobre ellos. Hoy no solamente vamos por nuestra querida reina, que ha sido cobardemente raptada, sino que esta noche también vamos por la gloria, la gloria de Transvelvia. Para que todos los pueblos del orbe conocido y del inframundo sepan que los Vampers lucharan por dominar la tierra y todos sus habitantes.

- ¡Viva Transvelvia¡ ¡Viva nuestro señor Drak Tehel¡ -Gritó de un solo tajo todo el ejercito de Vampers.

- Vamos mis guerreros infernales, vamos a devastar Licantropía.

Todo el mar inmenso de poderosos chupa sangre se movilizaba hacia un mismo objetivo, destruir Licantropía y rescatar a la reina Zhav. Por aire y tierra las fuerzas de Drak Tehel se movían rápidamente. El ímpetu de sus corceles les hacía recorrer distancias muy largas en menos tiempo que en los viajes de expedición y diplomacia. La intención de Tehel era evitar tener que pasar un día más resguardados del sol, su alma siniestra le confesaba que debía estar esa misma noche frente a Lican do Moon.

- ¡Muévanse mis guerreros, muévanse ¡ Sientan la sed de venganza correr por cada vena de sus lánguidos cuerpos. Somos las fuerzas góticas más letales del mundo y hoy la tierra temblará por la furia de nuestras manos –Les gritaba Drak mirando a sus mercenarios.

Al paso de los caballos la tierra temblaba como sacudida por un fenómeno telúrico de enormes magnitudes. La oscuridad de la noche se hacía más intensa con el paso de los minutos. Cada vamper se hallaba ansioso por empezar la contienda y Drak iba al frente dirigiendo el paso acelerado de todos sus seres oscuros. Sus pensamientos estaban con su amada; y su corazón, vacío y oscuro como el más profundo de los abismos, latía al ritmo de su primogénito, quien alertaba a su progenitor del peligro en que se hallaba su madre en las garras asesinas de Lican do Moon, cada vez que el voraz enemigo la tenía encadenada frente su presencia para seducirla.

Al divisar a lo lejos la ciudad Drak dio la orden de atacar sin duda y sin piedad. No había tiempo para preguntar, solo apuntar y disparar al enemigo, lo demás vendría con el correr de los minutos. La primera fila de batalla se preparó para lanzar las primeras flechas de plata a los guardianes centinelas que se encontraban custodiando la entrada al reino Licans. Y así lo hicieron.

Apuntaron a los primeros guardianes y le dieron a dos, quedando solo uno para tocar la alarma de la ciudad y alertar al ejercito Lican del ataque de los invasores Vampers. La guerra entre los Vampers y los Licans había comenzado…

Hen C.D.