Bienvenidos al blog de la Armadura de Rafiahel

La Armadura de Rafiahel cuenta la historía de Dorca van vissen, un estudiante de teología que busca entender cómo los mitos y leyendas ayudaron a moldear las creencias y ritos de las religiones modernas. Para ello tendrá que viajar a la ciudad santa de Jerusalem donde encontrará que no todos los mitos y leyendas son parte de la imaginacion popular, y en sus manos estará el encontrar el tesoro más valioso que podrá portar un ser humano, un hijo de adán, para defender a toda la raza humana.

TIERRA DE VAMPIROS es la historia del surgimiento de los reinos de Transvelvia, Mardavia y Licantropia. De como surgió la guerra milenaria entre los Vampers y los Licans. Es una entrega cada dos o tres días en formato corto y de una duración de tres temporadas. Disfrutala.

viernes, 18 de noviembre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XL


La noche ya estaba cerca de acabar, todas las criaturas de la oscuridad debían apresurarse para no ser alcanzadas por los rayos poderosos del astro rey. Zhav mirando a los ojos de Drak fijamente le cuestionó las últimas palabras pronunciadas por su amado:

- ¿Qué es lo que me has dicho amado mío? ¿Porque has de dar la vida por nosotros? Solo vámonos de este lugar y no volvamos a ver el rostro de este siniestro y salvaje ser. Vámonos mi amor y sigamos construyendo nuestro reino, donde disfrutaremos de nuestro amor eterno.

- Eso no será posible Zhav. No puedo ir contigo y con los Vampers a Transvelvia.

- ¡No, calla¡ no sabes lo que dices, es solo cuestión de que mandes a tus soldados retroceder y volver a Transvelvia. – Le decía en medio de la confusión y la desesperación causada por la frialdad de la separación que Drak la estaba obligando a vivir de nuevo.

- No es tan fácil mi amor, cometí la estupidez más grande por mi ambición y sed de poder, sin darme cuenta que perdía lo único valioso que había conseguido en mi eterna vida.

Drak dándole un beso con todas las fuerzas de su ser, la acercó a su pecho y le transmitió todo el amor que un ser como él podía sentir y sufrir. Y tomándola del brazo la entregó a su fiel general Markhel, quien con los ojos llorosos la recibió y la forzó a avanzar hacia el lugar en que el ejército Vamper había retrocedido para volver a Transvelvia.

Ella lloraba desesperada oponiendo resistencia a Markhel, pero esté la llevaba con el dolor de su ser separándola para siempre de su primer y más grande amor, Drak Tehel. Gritaba de desesperación y dolor, su corazón se partía en mil pedazos mientras lloraba desconsolada por la suerte del progenitor de su vástago.

- Ven con nosotros, te necesitamos. No nos dejes ir sin tiiiiiiiiiiiiii. –Gritaba desesperada ante la mirada atónita de cada Vamper, que por primera vez sentían un dolor y una tristeza sin igual.

-Ve amor, esto lo hago por ti y nuestro hijo, nunca olvides que fuiste lo único que amé y por ti conocí el amor. –Con lágrimas en sus ojos y empuñando sus manos, Drak se despedía de sus seres queridos.

Markhel al llegar al lugar donde se encontraban sus comandantes y con estos todo el ejército, dio la orden de partir sin mirar atrás. Y así lo hicieron. Montaron a su reina en un corcel, en Sangre, el caballo de Drak y sin decir palabra alguna empezaron a avanzar con el corazón y el orgullo transvelvano destruido.

Lican do Moon al ver a Tehel solo, lo tomó por el brazo y se lo fue llevando hacia la cúspide de su castillo, donde tenía planeado decapitar a su más férreo adversario celestial. Drak parecía absorbido, perdido en su mirada hacia el firmamento, buscando la luz de su única compañera, la luna.

- Qué extraña es la vida, renunciamos al amor por ambición y sed de poder ilimitado y tú ahora renuncias a tu existencia por amor.

- No necesito que te pongas filosófico Moon, termina de una vez con esto y cumple tu palabra.

- Eso haré cuando llegue el delicioso momento. Probarás el poder de mi espada, guardada para aniquilarte.

Al llegar a la cúspide del castillo de Licantropía, Drak fue obligado a arrodillarse y mirar hacia Vampiar, su tierra. Con las manos detrás de él y dirigiendo su lúgubre rostro hacia el cielo expresó lo que serían sus últimas palabras:

- Qué sabio eres Señor, Dios del Universo. ¡Cómo me sometiste a tus designios¡ renuncié a tu amor cuando estaba en tu presencia y jamás comprendí tus sabias palabras. Hoy me has mostrado tu espíritu y me has hecho caer en el más hermoso y sublime de los actos, el sacrificio por los seres amados.

Lican do Moon al escuchar la oración de Tehel soltó la carcajada, pues pensaba que ya estaba desvariando producto del temor y la angustia de verse acabado.

- Maldito chupa sangre, que patético eres, humillado y acabado por tu más poderoso adversario… muere sin honor señor de los Vampers…

Y alzando con toda su fuerza la espada de fría plata el salvaje procedió a desprender el órgano céfalo del cuerpo del fundador de Transvelvia. Pero un frío y poderoso viento hizo detener el tiempo mientras que una luz brillante que procedía de la bóveda celeste tocó el rostro de Drak y le robó una sonrisa. Por un instante el tiempo se detuvo y Drak pudo sentir por unos instantes que tenía un alma de verdad.

Luego el trayecto de la certera espada cercenó la cabeza de la criatura gótica y acabó para siempre con la existencia del legendario Drak Tehel, el fundador de los Vampers. Un fuerte viento sopló desde Vampiar, como resistiendo la victoria de Lican do Moon. Un grito desesperado hizo desmayar a la reina Zhav. Markhel supo que su señor había dejado de existir.

La fuerte brisa obligó a Lican y a todos sus comandantes a refugiarse en las madrigueras donde habían ocultado a sus hembras y cachorros. Moon tomo la cabeza y el cuerpo de Tehel y lo enterró una vez terminó el vendaval. Los Vampers se ocultaron cuando el alba empezó a hacer presencia y esperaron callados y triste a que transcurriera el día para continuar su trayecto a casa.

Al atardecer, reanudaron su regreso con el espíritu abatido, con el orgullo destrozado. Sin decir palabra entraron en la ciudad donde todos los que los esperaban se enteraron de la noticia. Una tristeza llenó a todo el pueblo y la reina al no resistir más dolor dio a luz a Drakulah.

De esta manera acababa una leyenda, la leyenda del primer Vamper. El mito del ángel caído que se conviritió en el terror de los hombres y sus aldeas. Mas sin embargo, se abriría paso una nueva, más fuerte y mucho más legendaria, que marcaría la historia de los Vampers y con ellos la de la nueva guerra del inframundo. Drákulah sería preparado y entrenado por su madre y su maestro, Markhel, para acabar con los Licans y dominar el inframundo, Pero esa es otra historia...




FIN DE LA SEGUNDA TEMPORADA


Creado por: Hen C.D.
Para: Todos los amantes de la buena lectura.
Tierra de vampiros es una Producción gótica
Precuela de:La Armadura de Rafiahel.

martes, 1 de noviembre de 2011

TIERRA DE VAMPIROS - Capítulo XXXIX


Una brisa fría, que marcaba la cúspide de la noche, tocó el peludo cuerpo de Lican do Moon. Su más grande fantasía estaba a punto de ser realidad. Desde que su enemistad y rivalidad con Drak Tehel se forjó y se desarrolló en el cielo, no había una sola noche en que no pensara en acabar con el fundador de los Vampers. Y de la manera más inesperada, sin siquiera planearlo, Drak le entregaba su propia vida para salvar la de su amada reina Zhav y la de su primogénito Drakhulá.

Lican sorprendido aún le cuestionó la solicitud a Tehel y le aclaró las implicaciones de su petición:

- Drak Tehel, rey de Transvelvia, señor de Vampiar. Sabes muy bien lo qué significa tu petición. Tu vida por la de tu reina. ¿Estas completamente de acuerdo con esto?

- Lican, se lo que implica mi solicitud, no tienes que decirmelo. Ambos somos ángeles del cielo y sabemos muy bien las reglas del reino de los espíritus. Terminemos esto de una vez. Déjala ir y seré tu víctima como siempre has querido, sin oponerme, sin batallar. Hoy has ganado y yo he perdido mi alma entera.

La sorpresa y el desconcierto llenó los sentidos de los Vampers, sobre todo de Markhel que no sabía si lo que había escuchado era real. Drak mirando los ojos de Lican do Moon le hace otra exigencia a cambio de su vida:

- Júrame que no atacarás Transvelvia en ciento sesenta lunas llenas contando la próxima, y que ni tú ni ninguno de los tuyos atacará a los míos en ese lapso de tiempo.

- Jajajaja ¿Y porqué debería de hacerlo? -Le respondió sorprendido Moon.

- Esto hace parte de nuestro trato, solo te pido eso y hagamos el trato ya.

- Como quieras, al fin y al cabo ya estarás muerto cuando terminen las ciento sesenta lunas llenas.

Y llamando a su más fiel y amado servidor, Markhel, Drak Tehel preparó su partida del mundo material. Markhel asustado y sorprendido caminó anonadado hacia su señor, tal cual hoja caída que se mueve al compás del viento, se acercó a su señor y le dijo:

- Mi señor, ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Y qué significa todo esto que estas discutiendo con el salvaje?

- Mi gran amigo y general, Markhel. Tú tomarás las riendas de Transvelvia, protegerás a mi reina y a mi vástago. Cuidalos y a Drakhulá, cuando haya colocado su presencia entre ustedes, no dejes de hablarle de su padre que tanto lo amó y renunció al inframundo por él.

- No mi señor, nooooooo -Susurró con lágrimas en los ojos el mortífero general Vamper.

- Calla mi gran amigo, ahora recibirás a mi reina y te la llevarás sin mediar palabra alguna. Dirigirás a nuestro poderoso ejército de Vampers a nuestra amada Vampiar y allí formarás a mi hijo, para que él venge mi muerte y lo acontecido este día.

- Pero mi señor, los teníamos ya a punto de liquidar. ¿Porqué tomas esta decisión tan radical? -Le siguió recriminando el desconsolado Vamper entre rábia y desesperación ante lo inesperado de la misión encomendada.

- Porque perdí lo más valioso que he tenido en toda mi eterna y vil vida Markhel. Mi ambición me llevó a la locura y la estupidez. !Vamos has lo que te digo y no insistas más porque ya lo hecho hecho queda¡.

- Como ordenes mi eterno señor. Haré todo lo que me has encomendado y haré que todas las generaciones de Vampers recuerden su origen.

Y secándose las lágrimas de su rostro, Markhel se ubicó justo detrás de su lord para recibir a su reina Zhav de las propias manos de Tehel. Lican do Moon ordenó con señas a sus últimos generales que lo custodiaran hasta llegar a la presencia de Drak. Una vez bajó de lo más alto del castillo de Licantropía, con Zhav tomada por el brazo, se colocó frente a su más poderoso enemigo, Drak. Y soltando a Zhav se la entregó al Transvelvano.

Ella corrió despavorida hacia los brazos de su amado, como alma perdida en el desierto sedienta de agua fresca frente a su oasis, se protegió en el pecho de su señor y buscó el calor de su amante. Y mirando a los ojos de aquella tenebrosa criatura oscura quiso encontrar el amor y la ternura que siempre le dió en sus noches de lujuria.

- Por fin estoy otra vez entre tus brazos, pensé que jamás volvería a sentir tu ser. Amor mío no sabes cuanto me has hecho falta y la gran necesidad que tenía de estar en tu regazo.

- Mi amada Zhav, por tí daría hasta la vida misma y es ella la que entrego hoy por tí y nuestro deseado hijo.

Los sonidos de las palabras de Drak no quisieron tener sentido en la mente de la reina de Transvelvia y separandose unos centimetros de él lo quiso cuestionar sobre lo que acababa de oír.

Hen C.D.